Sólo intento no escuchar y pretender cambiar eso que no siento, ignorándolo y vomitando frases con melodías en mute.
Antes el destino era un camino y ahora es un grito bajo el agua. No sé si tenga sentido para ti, pero no tengo más palabras, ni ganas de tenerlas. Mientras escribía volvieron a mi mente, muchos pasados (ajenos y míos), rostros desdibujados por el olvido que resucitan en fotos pegadas en un corcho, todo eso que no podemos decir en voz alta.
¿No te pasa que a veces buscas algo, justo donde se supone que debe estar y resulta imposible encontrarlo hasta que un día cualquiera aparece? Debes saber que soy un desorden, me pasa con el control remoto, con el tiempo, con esas imágenes de las que escribes...
Poco a poco aprendí a vivir con menos y es suficiente aunque no lo sea... La cuerda que me ataba a la cómoda realidad que predico se rompió y aún siento el concreto bajo mis pies.
Ya lo sabes, hay noches en que esa camisa de fuerza que me limita es en realidad una bomba suicida y el tiempo está corriendo...