Ya no se sienten por ausentes... o eso dicen, al menos.
Él quería saber para quien escribía, quién estaba en mi cabeza...
pero me dejó caer, sólo para ver cómo me levantaba, si me levantaba.
Mi parte favorita de esos encuentros eran siempre con la luz apagada y los cigarros prendidos.
Eso era todo, giros y cosas que se recuerdan con el tiempo, sólo eso.