Ahora tengo un sufrimiento de mentira. Ya no escribo como antes, ya no puedo ser sincera conmigo misma. Sé lo que me pasa, pero no puedo decirlo.
Sufro más y siento menos.
Está ahí, cada vez que cae la contestadora.
En las llamadas perdidas.
En los DM que leo tarde.
Soportar, soportar, soportar...
hay un límite en desconocerse. Hay un límite en sufrirse y no se da cuenta.
Me gustaría que lo supiera. Que sintiera cuando no grito, cuando le bajo el volumen al silencio y me buscara.
Hay sueños que no pueden domarse, sobre todo los de los insomnios. Yo lo sé y lo busco.
Pero para mí nadie viene, nadie llega.
Mis amigas dicen que tienen ganas de conocer a un extraño y bailar.
Yo quiero conocerlo a él. Quiero que me conozca a mí y siga con ganas de sacarme a bailar.
domingo, 1 de julio de 2012
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