El tiempo va pasando, los rostros cambian, las horas pasan y nosotros dejamos la niñez igual que las hojas dejan los arboles durante el otoño. Pero ¿Cuándo es tiempo de dejar aquel niño interno que grita en lo profundo de todos nosotros?
Los hombres te olvidan, las amigas se alejan y sin importar cuantas veces lo reprimas, lo ignores o lo decepciones, ese niño dentro de ti jamás te abandona, esa parte de ti que te acompañe cuando el mundo parece ser ese enemigo de vida nunca te abandona. A pesar de que lo escondas detrás de la madurez y la vejez.
Aunque el reloj siga girando, aunque los años pasen y los golpes de la vida nos hagan caer al piso, siempre, detrás de la nostalgia y la esperanza, estará ese niño que te de la mano, te ayude a levantarte y junto a él seguirás creciendo y solo así podremos aprender finalmente la importancia de tenerlo cerca, justo al lado de nuestras ganas de vivir.

Y si, sobreviviremos… En el fondo siempre tendremos quince años.