Más a gusto llevando el humo a la ventana,
cuántas vidas se han perdido mientras salgo a caminar,
matando el pensamiento, callando lo que no queremos ver.
Contando hasta cien, nadie me trae... Nadie aparece.
Aún no tengo nada que decir.
Ahora las voces en mi cabeza dejaron de gritar, sólo tocan el piano... Y yo atenta miro hacia el piso tratando descubrir el control bajo mi piel.
Es inutil, no existe. Aunque lo diga, aunque lo escriba, aunque lo piense... No dejo de buscarlo, pero ya no lo espero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario