Nunca preguntes lo que estoy pensando.

"La vida sentirá aún más frío y el fantasma no podrá dormir..."

martes, 20 de septiembre de 2011

Ya la carta se tomó las pastillas y se limpió los mocos.

Tu mamá no te dejaba hacerte la paja y vas buscando mujeres para masturbarte dentro de ellas. Huyendo, huyendo de las pesadillas que sólo están para empujarte por las escaleras de eso que llamas libertad.

No es la Zona de promesas de Cerati, es la Zona sísmica de mis creaciones frustradas, de las humillaciones de los que siguieron de largo de la mano de sus nuevas novias. Pregunté ¿Qué importa? negándolo todo, porque tú hacías lo mismo, preocupado (y no). Me fui quedando sin respuestas, sin pianos, sin abismos.

Y luego, volvemos al día a día, al noche a noche, al mundo que gira al rededor del funeral de tu mamá, al blog de ladillados, a las clases en mute, a firmar planillas para pedir dólares, a olvidar un poco las calles de Buenos Aires, a olvidarte.

-Y si no olvidamos ¿qué importa?
-Sí importa.

Crees que me sorprende la sonrisa frente al espejo, la sonrisa de indiferencia y tinta seca, la sonrisa de fotocopia.

La sonrisa de que me pasaste por al lado y no te diste cuenta de que te estabas masturbando
sin bajarte el cierre
y sin saber que te estaba tocando.

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